Como en todos los períodos de verdadera producción espiritual, en Grecia, los artistas no eran excesivamente celosos del monopolio de un asunto. Sabían que lo importante, lo que le da vida verdaderamente estética a una obra, es su interpretación personal y que ésta nadie podía robársela. José Pijoán
El Arte se goza, no se comprende
lunes, 14 de febrero de 2011
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